nº140 E..B. "Mediterráneo" [20.04.12]
En esta ocasión, dedicamos el programa a “nuestro mar”, el mar que conocemos desde niños, con miles de años de historia, navegado por romanos y griegos, temido por medievales y admirado por los modernos turistas de hoy.
Conoceremos un poco mas de este pequeño mar interior que esconde tantos secretos.
Gaspar, José Luís L., Mamen, Cris y Mónica fueron los encargados de abrir el programa y dar a conocer su contenido.
En primer lugar, dos de nuestros compañeros de ATADES Huesca nos contaron sus experiencias en el mar Mediterráneo.
José Luís B.
Yo he visitado mucho la zona de Cataluña con mis padres y mi abuela.
En especial me acuerdo de un sitio que se llamaba Calafel. El año que estuvimos allí mi hermana estaba pasando la varicela, cuando nos fuimos a la cama me dio como siempre un beso de buenas noches y justo cogí la varicela yo también. Mi hermana mejoró pero a mí la situación me jorobó bastante porque mis padres y mi hermana se iban a la playa, con lo que a mí me gusta el aroma de la playa y jugar en la arena, pero no podía porque tenía mucha fiebre. Hasta recuerdo que a las tantas de la mañana mi abuela me daba baños de agua fría para bajar la fiebre.
Ese año fue las vacaciones más cortas. Solíamos pegarnos dos semanas con mis papas y luego otros quince días en Barcelona, donde me apuntaban con mis primos a una escuela de verano en la que por la mañana hacía deporte y por la tarde con mi primo íbamos a aprender a nadar.
Carlos P.
También he estado en Salou disfrutando de playa un montón de veces, la ultima hace dos años. Recuerdo que el primer día cuando fui a la playa, le dije a mama: “no quema la arena” y parecía que no pegaba el sol, pero por la tarde aparecí más que moreno, ¡cangrejito!. Cuando me vio la mujer de mi primo me quería llevar a urgencias pero yo le dije que no, porque tenía solución, ponerme aftersun, al día siguiente alquilarme una sombrilla y cuando saliera del agua ponerme la camiseta.
También estado en otros sitios como Miami Playa o en Torremolinos provincia de Málaga.
¡Me encanta la Playa!.
Seguidamente, nuestra compañera Yolanda A.dio la bienvenida a Flor Smpietro, voluntaria de Cruz Blanca, amante del mar y de la farándula, y con quien mantuvimos una agradable tertulia. Y a quien volvemos a agradecerle que aceptara nuestra invitación y compartiera con nosotros parte de su tiempo.
De ella nos contaron más cosas las bandidas Conchi y Yolanda B.
Artesana, jubilada, dedica su tiempo libre a cantar y tocar la guitarra. Colabora en Arcadia y Cruz Blanca, y recibe clases de guitarra en el grupo de Iber Caja donde canta boleros.
Flor siempre vivió en el campo, no sabía lo que era el mar, sólo por lo que su madre y su abuela le contaban. No lo conoció hasta los 22 años y se define como una enamorada del mar; tanto del Mediterráneo, por su calma y tranquilidad, como del Cantábrico por la fuerza de sus olas.
Vivió del año 70 al 74 en Barcelona y todos los días necesitaba darse un paseo por la playa.
Tuvo que volver a Huesca por motivos familiares y laborales.
Cuando vivía en Barcelona era campista. Siempre le ha gustado el contacto con el mar, y viviendo en Huesca, decidió adquirir una caravana y la tiene establecida en el camping de Torre de la Mora, en Tarragona.
Disfrutar del mar le ayuda a mantenerse tan vital; sus paseos de 3 horas por la playa contribuyen a su bienestar físico y mental.
Los bandidos Mapi y Joaquín G. se repartieron el papel de moderador de la tertulia a la que se añadieron todos los bandidos habituales.
En “mi música favorita”, Alfonso le preguntaba a Carolina B., por qué había elegido la canción de “Los Rebeldes” y a quién se la dedicaba.
“He elegido esta canción porque va con el tema del programa y porque me gusta su ritmo. Se la quiero dedicar a mis compañeros y amigos de Aspace y de los bandidos. También a mi familia, especialmente a mis sobrinos Abel y Pablo”.
A continuación la bandida Lupe nos regalaba su reflexión sobre el mar Mediterráneo.
Mi Mediterráneo
Los romanos te consideraban como el “mare nostrum” (“mar nuestro”) y, para mi, te convertiste en algo mio desde que te vi por primera vez. Entonces jugaba con tus olas, con mis ojos inocentes impresionada por tu inmensidad y con mucha curiosidad por saber todo lo que debajo de ese magnifico horizonte escondían tus aguas, sin poder imaginar todo lo que el destino me tenía guardado y cuantas cosas iba a compartir contigo
Con el paso de los años dejé de construir castillos de arena; descubrí que, aun siendo tus aguas y tu horizonte igual para todos, cada uno de nosotros teníamos una manera de vivirlo y sentirlo, porque para algunos eras un lugar de placer y para otros su medio de subsistir.
Aprendí a respetarte, detrás de tu gran belleza escondías una gran furia, unos días estabas calmado y tranquilo y otro enfurecido y peligroso, y no me podía creer como siendo tan hermoso podías convertirte en una trampa mortal y quedarte con la vida de las personas.
En muchas ocasiones me hubiera gustado ser un pez y poder vivir todo ese otro mundo que existe en tus adentros, que solo unos cuantos privilegiados pueden disfrutar, poder sentir la libertad de estar a muchos metros debajo de la tierra rodeada de esa vida submarina, ser testigo de todos los tesoros y las bellezas que escondes.
Me di cuenta de lo inmenso que eres cuando te atravesé por primera vez en un barco, junto a mis compañeros de colegio, recuerdo que parecía que nunca te ibas a acabar, mirara donde mirara desde cualquier lugar del barco todo era agua que se mezclaba con una fina línea con el cielo.
Años más tarde volví a ti con el padre de mis hijos, cada fin de semana. Entonces te volví a sentir de otra manera. Compartí contigo mi primer embarazo, todas mis inquietudes, mientras tu me serenabas ante la tempestad que sentía por dentro acariciándome con tus olas.
Fueron años muy importantes en mi vida en los que tuve a mis tres hijos y tu fuiste testigo de ello. Disfruté de la libertad de jugar con ellos nuevamente construyendo castillos de arena, como si la historia se repitiera, la cadena de la vida, en la que el tiempo pasa tan deprisa que cuando te quieres dar cuenta has pasado de ser una niña a ser madre.
Pero todo no fueron alegrías. Solo tu y yo sabemos las lagrimas que deposité en tus aguas y cuántas preguntas me hacía hasta que llegó el final de mi matrimonio.
Pasé algunos años sin poder verte mientras mi vida iba cambiando. Te extrañaba y añoraba. Tú seguías en el mismo sitio esperando que un día regresara. Y lo hice, pero con el amor de mi vida; y aunque seguías siendo tú, de nuevo te miraba con otros ojos, mi horizonte había cambiado totalmente.
No sé cuantas veces podré volver a disfrutar de tu magia, ni como seguirá mi vida; pero estoy segura de que, como para millones de personas con millones de historias que tú solo guardas, seguirás en el mismo sitio. Esperándome.
Desde el “rincón del artista” Macaya nos presentaba a sus compañeros Fina, Víctor y Lidia, quienes nos regalaron unas bonitas poesías.
Llévame
Llévame hasta el mar, veras el atardecer.
Llévame hasta la montaña, veras la blancura.
Llévame hasta el bosque, veras todo verde.
Llévame hasta tu corazón, ¡¡muévete!!
(Fina)
El mar
El mar, caricias de olas,
El mar, profundo y bello,
El mar, peligroso y ataca,
El mar, nadie le puede parar,
El mar, brilla con el Sol,
El mar, no sacia la sed,
El mar, belleza y esplendor.
El mar, ¡disfrútalo!
(Víctor)
EL MAR DE VALENCIA
El mar era frondoso debajo del agua
Había criaturas feas peligrosas que salían de la tierra del fondo
Había de distintos tipos, de varios colores: salían peces, estrellas de mar, ciempiés, etc.
Los distintos planetas movían las olas lanzando relámpagos fuertes que hacían remolinos en el agua, se creaba electricidad en el mar.
En la playa la gente se asustaba de lo que ocurría en ese
Momento pidieron ayuda a Hercules porque los barcos se hundian
entonces el héroe les ayudó a evacuarlos
En la playa había rayos y burbujas
Pero Hercules les protegió a los bañistas de Valencia con el escudo
Que era grande y hermoso
Y consiguió que estos Bicharracos se derritieran
Haciendo plaf plaf
Bieeeeen!!!!!!!
(Lidia)
(en especial a mi mejor amiga Loreto.)
Los bandidos Alberto, Alba, Blanquita, Joaquín M., Martín Raúl, Jorge, Magda y Loreto llegaron con el final del programa. Dando las gracias a todos los asistentes y recordando a todos Los Bandidos de la Hoya.
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