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los bandidos de la hoya

programa 61º E.B. "madres y discapacidad" [9.5.08]

programa 61º E.B. "madres y discapacidad" [9.5.08]

   El pasado 4 de mayo era el día de la Madre; bien pudiéramos pensar que es un día más fruto del consumismo que nos envuelve, y que por supuesto todos los días son especiales para acordarnos de nuestras madres, pero Los Bandidos de la Hoya quisimos dedicar nuestro programa a esas mujeres que no solo tienen algo especial por tener un hijo, sino que además son madres haciendo frente a una discapacidad que, seguramente a más de uno y una, nos haría echarnos atrás en la tarea de cuidar a un niño. Queremos mostrar a la audiencia la ternura, sensibilidad, valor y coraje que se aloja en las madres que afrontan la situación de dependencia que genera la discapacidad.

   Después de que Lorenzo, José-Luís, Loreto, y Jesús dieran la bienvenida a la audiencia le tocó el turno a nuestra compañera MariVí, quien leyó un texto que ella misma escribió a modo de introducción del programa.

 Madres y discapacidad

   Yo, Mariví tengo una discapacidad pero no me importaría ser madre: 

   Para cuidar la casa con mi pareja, tenerla ordenada y limpia.

   Si tienes un hijo hay que llevarlo al colegio por las mañanas, por las tardes y recogerlo a la vuelta para ir a casa.

   Por la noche  después de cenar se desnuda  y se pone el pijama para ir a la cama.

   Al día siguiente hay que hacer la colada y el desayuno, la comida y cena para el hijo.

   Hay que enseñarle a bañarse, a cambiarse de ropa... y llevarlo bien arreglado, para ir de fin de semana con sus amigos.

   Eso es ser madres con y sin discapacidad.

   Las madres y sus parejas hacen las tareas de la casa, los rincones del salón y el comedor.

   Muchas madres con discapacidad también trabajan fuera de casa.

   Llegó el turno de la actualidad en las voces de Jorge, Martín, Carmen, Abel, Joaquín M, Laura, Carlos A. y Luz.

   Y después el momento clave de nuestro programa: seguimos con la estructura de entrevista-tertulia con nuestro invitado, nos gusta esta manera de hacerlo porque nos permite interactuar mucho mejor con nuestro invitado o invitada. Nos da pie a expresarle nuestra opinión y preguntarle nuestras inquietudes, aunque sean preguntas no planteadas previamente en el guión.

   En este caso aceptó nuestra invitación Pilar Torres, a quien desde aquí le volvemos a dar las gracias por aceptarla y compartir con nosotros unos minutos.

   Pilar Torres Lera  nació en Huesca hace 46 años. Es madre de un niño de 11 años que se llama Javier.

   Tiene una discapacidad visual. Padece de una retinosis con muy poco campo visual que le fue diagnosticada a los 30 años.

   Es aficionada al deporte y en especial a la montaña. Y desde hace un tiempo le acompaña Hero, su  perro guía.

   Pudieron disfrutar de su presencia, compartiendo mesa, los tertulianos habituales:   José Manuel, David P, Nacho, Joaquín, Roberto, Ricardo y Luz. Moderó el bandiu Gaspar.

   Resultó una de las tertulias más bonitas y entrañables que hemos tenido en los asaltos que llevamos a nuestras espaldas. Pilar es todo un ejemplo de superación, hasta qué punto puede una mujer superar una discapacidad y entregarse por completo a su hijo. Cómo superó los obstáculos que se hallaban en el camino hasta que consiguió lo que tanto quería.

    Nos demostró que ser madre con discapacidad (que no madre discapacitada), es algo que transforma tanto a la madre como al propio hijo: nos explicó que surge una relación, si cabe, más especial entre madre e hijo, porque en determinados momentos esa dependencia del hijo se invierte, para dar oportunidad al hijo de ser él quien ayude, y le otorga experiencias que no tendrán los demás niños y que le ayudarán a crecer como persona.

   En la sección "mi música favorita" Víctor pasó el micrófono a Carolina, quien quiso dedicar una canción a sus compañeros de ASPACE, en especial a Joaquín Mir.

   Posteriormente, Nuria dio paso a su compañero Nacho, quien volvía a presentarnos su "reflexión de un bandido". Nuestro compañero trató un tema peliagudo que le tocó vivir en una etapa de su vida y que quiso compartir con todos nosotros con la esperanza de que sacáramos algo positivo de sus palabras, sobretodo aquellas personas que se sienten identificadas con la situación que describió.

 Viajando también se aprende

   Soy una persona con discapacidad que siempre me ha gustado mucho viajar y conocer mundo. Esta experiencia también me ha ensañado muchas cosas.

   Recuerdo que cuando era pequeño me llevaron a Madrid para una revisión médica. Nunca olvidaré este viaje. Me gustó mucho ver una ciudad tan grande y con tanta gente, subir por las escaleras eléctricas, viajar en el metro, etc.

   Tanto me gustó este viaje que al cumplir la mayoría de edad, el primer viaje que realicé fue a Madrid. Estuve un fin de semana. Al cabo de unos años pensé en dar a mi vida una experiencia totalmente nueva. Por esto me fui a vivir una temporada a Madrid. Este viaje me enseñó a conocer personas de diferentes condiciones y nacionalidades; aprendiendo tanto de lo bueno como de lo malo.

   En esta gran ciudad también conocí a una asociación de personas con discapacidad. Esta fue la que me propuso si quería estar con ellos. Me dijeron que vendían unas agendas con todos los signos del horóscopo y que anualmente renovaban. Realmente, lo que hizo decidirme a quedarme con ellos fue una chica que formaba parte de esta asociación. Lo que sentí al verla era como haber oído una de mis canciones preferidas y después me pareció haber escuchado una sinfonía.

   Al poco tiempo de estar ahí me di cuenta de que esta asociación no era legal. Eso sí, todas las personas de este centro se portaron bastante bien conmigo. Siempre nos decían a que hora debíamos acabar de vender, para hacer las cuentas y después cenar todos juntos. Si nos poníamos enfermos nos cuidaban. Aunque no vendiésemos, también podíamos comer  y dormir. Casi todas las personas de esta asociación estaban casadas y tenían hijos. También observé que el dinero que obtenían era para poder vivir y para poder mantener a su familia. Nunca usaban el dinero para drogas o para otro mal fin.

   En esta asociación conocí a una persona que a causa de un accidente de coche se quedó afectada física y mentalmente, aunque podía andar. Esta persona se portó muy bien conmigo. Se llamaba Carlos.

   Después de desayunar todos juntos, empezábamos a vender. Yo vendía en cada comercio, bar, etc. Siempre iba afeitado y bien vestido. Con educación, decía que eran productos que nosotros elaborábamos y que el dinero que obteníamos de la venta era para mantener la asociación de personas con discapacidad, en la cuál nosotros estábamos. Más o menos podíamos ir cubriendo nuestras necesidades básicas y hasta poder guardar algo de dinero.

   Yo sabía perfectamente que esto no era así. Los horóscopos que vendía esta asociación no los realizaban las personas con discapacidad, sino que los hacían en una imprenta. De cada agenda que nosotros lográbamos vender nos quedábamos el 50% y el resto se lo quedaba la asociación. Todo un negocio para esta organización.

    Era evidente que esta asociación era ilegal. Por esto, para darle legalidad a esta y para dar credibilidad a lo que yo decía, siempre vendía con educación, mirando a los ojos y sin ponerme nervioso. Además, dejaba claro que nosotros formábamos parte de una asociación de personas con discapacidad y que las agendas que vendíamos eran trabajos que realizábamos en talleres ocupacionales.

    Un día que estaba vendiendo me paró la policía. Con total naturalidad y sin ponerme nervioso, les dije que eran productos que nosotros hacíamos y lo que sacábamos de la venta era para mantener esta asociación. Sin duda alguna, esta actitud mía daba lugar a que los policías pensaran que yo no tenía nada malo que esconder. Con esto también conseguía que los guardias civiles pensaran que la responsabilidad no era mía, sino que iría para esta asociación por no estar legalmente constituida.

   Lo que no me gustaba de esta asociación era que nos echaban la bronca cuando nosotros vendíamos poco, para que procurásemos vender más. Eso si, nunca nos maltrataban o coaccionaban por esto. Mi compañero Carlos era el que mas vendía de todos nosotros. Se enfadaban con él cuando algún día vendía menos, porque sabían que podía vender mucho. Esto que hacían con mi compañero Carlos todavía me gustaba menos. Lo que estaban haciendo con él y con todos nosotros, era una falta de respeto hacia las personas con discapacidad, porque con estas broncas nos maltrataban psicológicamente. Además, esta asociación vivía gracias a nosotros, ¡que bien cansados llegábamos de vender!

   Por todo esto que os he contado, una noche le dije a mi compañero Carlos que cuando estuviera vendiendo y se encontrase con la policía, que huyese. Ya que con esta actitud, la policía sabría que el si que tiene algo que esconder y esto ayudaría a que esta asociación tuviera que dar explicaciones, y merecidamente, de cómo podían tener a esta persona vendiendo de esa forma y de lo que le sucedía si vendía poco. Esto se lo dije porque era la persona que más apreciaba de la asociación y no veía justo que se aprovecharan de su desgracia, para que esta asociación se beneficiarse a su costa, y por  si fuera poco, que le montasen semejante bronca, si algún día vendía menos. También se aprovechaban de todos nosotros. 

   Para acabar, diré que este viaje me ha enseñado muchas cosas, una de ellas la importancia de estar en una asociación de personas con discapacidad que sea legal. Antes de este viaje y ahora, estoy en una. Siempre se han portado muy bien conmigo y me han ayudado mucho. Siempre les apreciaré.

En "el rincón del artista" estaba sentada Cristina, quién nos leyó una poesía que ella misma había creado. Le dio entrada J.L.Macaya.

 Tierra

Por las noches sale la luna en la Tierra,

se caen en Otoño las hojas del tiempo,

cada día nos moja la lluvia,

esas noches que me has robado el corazón partido.

Amo con fuerza el alma,

la familia,

vivir con la hija de la amapola.

Somos esa voz que nos da fuerza,

lucharemos.

Escuchar la paz de mis entrañas,

 te quiero a mi lado,

sinceramente conmigo.

Tu valor es el que me da fuerza,

amarte a ti es amar una belleza,

todos los días y semanas me das fuerzas,

 el dolor nunca estará en mi vida.

   Llegaron como siempre a tiempo nuestros jinetes para dar punto final al programa: Dani y Alberto fueron en principio del fin. Mamen, Joaquín G. y Roberto emplazaron a la audiencia a nuestro próximo programa. Y los bandidos Jorge, Mónica, Bea y Raúl leyeron todos y cada uno de los nombres de los bandidos que hacemos posible este proyecto.

 hasta la próxima

1 comentario

CESAR RAMIREZ -

me gustaría que me enviaran si tienen un manual para madres discapacitadas