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los bandidos de la hoya

reflexión de los bandidos: el asalto a la Feria de Zaragoza

   El pasado 8 de febrero bajamos a la capital. ¿Nuestra misión?: asaltar por segunda vez el Salón de Autonomía, Dependencia y Discapacidad que se celebraba en la Feria de Zaragoza.

   Los Bandidos de la hoya salíamos de nuestra cueva en Huesca para volver a Tierra Plana y darnos a conocer.

   El año pasado fue todo un éxito, la gente se acercaba extrañada a nuestro rincón en el recinto desde donde grabábamos un programa. Todos preguntaban, recibíamos "piropos" y nos visitaron numerosas personalidades que aceptaron nuestra invitación a una breve entrevista.

   Este año queríamos superar el nivel. Se planteaba un gran asalto porque nos dijeron que  se nos oiría por toda la Feria en directo; y se nos tanteó la posibilidad de entrevistar a autoridades muy importantes del panorama político tanto autonómico como nacional (el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales Jesús Caldera y el sr. Presidente de Aragón Marcelino Iglesias).

   ¿Cuál fue el resultado final?: por diferentes motivos técnicos no se nos pudo oír en toda la Feria como se nos propuso; por diferentes motivos personales/protocolarios/de tiempo no se pudo contar con la presencia de esas personas antes planteadas.

   Pero ello no hizo que nos echáramos atrás, no supuso una decepción que nos llevara a tirar la toalla y volver a cargar nuestros báculos y volver a Huesca con un regustillo raro. Los bandidos habíamos bajado para asaltar y eso hicimos.

   Fue otro reto el que se nos planteaba. Este tipo de programas supone para el equipo un reto continuo: un guión abierto que nos hace dar cambios bruscos en cuestión de segundos (un invitado para la entrevista que surge de improvisto, la presentación de una canción para descongestionar un poco el programa y darle mayor ritmo...). Este tipo de programas requiere mayor concentración por parte de todos, mayor disponibilidad en el momento justo, mayor profesionalidad, mayor esfuerzo y superación de cualquier tipo de barreras.

   Los Bandidos de la Hoya lo sabíamos, y como tal actuamos. Grabamos un gran programa, del que nos sentimos orgullosos. Un programa que vuelve a ser ejemplo de nuestra superación... y de lo que nos depare el futuro.

   Quizás estas palabras, el que las esté leyendo, pueda pensar que son pura palabrería para rellenar espacio, poesía barata, o quizás hipocresía. Pues sentimos, amigo lector, que piense así, y Los Bandidos de la Hoya aprovechamos para decir que este es un claro ejemplo de que en el mundo (tanto en general, como en el apartado de la discapacidad) nadie regala nada. Y que promesas que se plantean no siempre son cumplidas, pero que como cualquier otra persona, los bandidos cumplimos nuestro cometido.

   Claro está que no bajaremos los brazos, también está claro que daremos gracias cuando sea necesario, pero también debemos afirmar que aquí nadie regala nada, que nos esforzamos (y lo seguiremos haciendo); y que también seguiremos reclamando servicios, accesos...¡pero ojo! reclamando lo que creemos justo, reclamando e incluso exigiendo, pero nunca pidiendo limosna.

   Pediremos lo que a nuestro juicio vemos necesario, pero también daremos algo a cambio: seguiremos siendo Los Bandidos de la Hoya.

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